Las diferentes caras del Perdón…las re-conoces?

Cuantas veces no hemos escuchado Perdona, perdónate…Perdón…pero que significa realmente todo esto del Perdón…

Esa palabra la hemos escuchado toda nuestra vida y muchas veces creo que solamente vemos un lado…generalmente el que más nos conviene dependiendo del papel que estemos jugando en el juego, como víctima o como victimario, donde el perdón parece ser el premio a ganar. No lo vivimos como un regalo, sino como un premio en una encarnecida competencia de poder.

Por lo que he vivido y a través de todo lo que he estudiado, el Perdón como todo en esta vida, tiene varias perspectivas, varios lados, varias formas…y al final creo que eso es lo más maravilloso que el Perdón nos puede ofrecer, no es algo plano que simplemente es lo que es y no tiene mas forma que esa…no…el perdón es tan grande y tan inmensamente flexible…porque así nos puede alcanzar y cubrir a todos!!!

El perdón existe como remedio del alma debido a que creemos primero en la ofensa…cosa que el ego creó, mas necesariamente, es la base de su vida, ya que en este plano creemos en la ofensa y entonces creamos todas esas emociones que derivan de ella, dolor, frustración, enojo, venganza, tristeza, traición…etc, etc….pero al final todas terminan en la más grande fuente de vida del ego…la culpa.

La culpa cubre todos los rangos de emociones de baja vibración…y al final nos lleva a situaciones donde el alma, que es lo que verdaderamente somos, busca la manera de sanear nuestro ser a través de una herramienta hermosísima que es el Perdón, el cual nos lleva a recordar lo que verdaderamente somos, Amor y Luz…pero de verdad crees eso? De verdad crees que eres Amor y Luz?

De verdad lo crees, cuando te duele en lo más profundo  la traición de alguien amado, el desprecio de alguien cuando ni siquiera sabes que fue lo que hiciste para recibir tal ofensa? Cuando te sientes solo dentro de una cadena de lo que parecen eventos desafortunados? Cuando parece que vas por la vida lastimando a medio mundo a tu alrededor? O sintiendo que todos te lastiman a ti sin ton ni son?

Sintiéndote la víctima o el victimario…

La culpa entonces aparece,  Donde te culpo por lo que yo creo que Tú me hiciste y Tú me culpas por algo que tú crees que yo te hice…

En realidad lo que nos duele no es el alma…el alma no duele…lo que nos duele es el ego…la ilusión de que podemos lastimar y ser lastimados…donde se lastiman las creencias y entonces vemos reflejado en el otro aquello que no puedo ver en mi…cuando siento aquella carencia que no es posible para mi identificar entonces el otro me la refleja a través de sentirme robado, hurtado, lastimado, engañado…todo al final es una ilusión, donde el dolor desaparecerá hasta que yo lo decida.

Si…así como lo oyes, el dolor de la culpa (de tu lado o del otro) desaparecerá hasta que decides salirte de tu papel de víctima o victimario para entonces desde el alma, perdonar o ser perdonado, cuando el alma cubre tus heridas con el bálsamo del perdón…libera así la culpa de tu vida,  reemplazándola por el aprendizaje de tu alma, gracias al espejo que el otro decidió ser en tu vida…porque no hay víctimas ni victimarios, simplemente maestros y aprendices…y todos, en algún momento de la vida, somos maestros y aprendices, sin duda alguna.

El asunto del perdón en sus innumerables facetas es la siguiente, si no hay ofensa, entonces no existe la culpa, así de sencillo…y esto es un asunto de decisión.

Tú decides si aquel que crees te lastimo, jugando a la víctima, en verdad lo hizo y te agarras de ese sentir hasta que te pasa factura en tu vida, en tus relaciones, en tu cuerpo…destruyendo todo a tu alrededor…por decisión tuya, aunque el ego te haga creer que todo es “culpa” del otro…que jugada tan maestra del ego!!! Es como dice el refrán, el rencor es como tomar tu ácido queriendo que le haga daño al otro…no señor, eso no funciona así, eso no funciona y punto. Decido ver en el otro lo que tengo que sanar en mí.

Y que pasa cuando juegas al victimario, haciendo daño, consciente e inconscientemente al otro, solo porque tu propia frustración, miedo y desconocimiento tuyo te hace envidiar al otro, te hace juzgar sus actos desde un trono falso de superioridad, cuando crees que eres mejor y entonces en definitiva el otro está más que mal…cuando ni siquiera estas en la piel del otro para saber el porqué de su actuar. Al final también es un asunto de decisión, decido ofender o lastimar al otro. Decido ver en el otro lo que tengo que sanar en mí.

Y así el Perdón también se convierte en un asunto de decisión…yo decido perdonar y yo decido pedir perdón.

Para perdonar no necesitas ni siquiera tal vez que enfrentar a la otra persona desde una perspectiva de pelea donde uno tenga que ganar y el otro tenga que perder, donde el otro, “el ofendido” se sentirá superior desde el ego y desde donde tal vez tu perdón no pueda ser sincero poniendo miles de excusas de porqué de tus acciones hacia el otro. Tú tienes la culpa de que te ofenda, yo tengo la culpa de que te ofendí.

Primero que nada tenemos que empezar donde todo se origina, en nosotros mismos, ahí se originó el sentimiento de culpa, la víctima y el victimario a través del ego…pero tenemos que ir más allá, tenemos que ir al ser, donde no hay juicio, donde no hay ofensa, donde no hay dolor…y entonces así desde el perdón a uno mismo, el primer y más poderoso perdón que pueda existir y de donde se derivan todas las demás facetas del perdón, ahí donde se origina el aprendizaje, donde sin juicio puedo ver y aprender lo que el otro reflejo en mi…donde desde mi poder decido, guiado por el alma, lo que tengo que dejar ir y lo que tengo que sanar y agradecer mi crecimiento como persona…y entonces crecer!!!

Una vez que el alma hace esto, desaparece la culpa, porque ya no hay ofensa y ya no hay dolor…una vez que tú te perdonas…nadie más tiene poder sobre de ti y entonces puedes perdonar al otro o pedir perdón…y así liberarte de la carga que no es tuya. La ofensa se convirtió en una hermosa lección que te dejo conocimiento tuyo y conocimiento del otro desde el corazón.

Recuerda que el perdón, es cosa propia, así como fuiste a tus adentros, solo trabajaste con lo tuyo, con tu reflejo, con tu esencia, no con la de la otra persona, así que si decidiste perdonar, hazlo de verdad, sin volver a recordar la rencilla, porque entonces no ha sanado y no ha terminado el aprendizaje, una vez que sana…en verdad ya no existe ese sentir de dolor o de ofensa…simplemente ves esa etapa como un aprendizaje, como una prueba superada….y también está el otro lado, desde tu ser solamente liberas lo que no es tuyo y puedes pedir perdón, reconociendo tus cristales, sin justificaciones, dicen por ahí que una vez que admites tus faltas, ya nadie tiene poder sobre de ellas, más que tú y lo haces desde el amor que te tienes, simplemente con una humildad infinita…comprometido solo contigo mismo…y ya no depende de ti si la otra parte acepta o no tu liberación, eso es cosa del otro…tu pides perdón sin expectativas…recuerda el regalo es para ti…el otro decidirá si sigue queriendo vivir en su dolor o todavía no es su tiempo para aprender,  no te lo tomes personal y recuerda que tú también has sido juzgado y perdonado en algún momento de la vida…sigue tu camino y sé feliz, deséale al otro lo mismo y agradece su presencia en tu vida…si se queda bueno, si no es así, no pasa nada…simplemente su historia termino y así tenía que ser…sé feliz.

Todos caminamos nuestros caminos con nuestros propios cristales y vamos juntos aprendiendo a través de nuestros reflejos en los demás, lo que verdaderamente somos y es así como te das cuenta que cada uno vive su historia y que cuando perdonas ves lo grande de tu Ser y que cuando pides perdón ves lo grande del otro Ser, al final, todos somos uno…y es cuando de verdad podemos creer que somos Amor y Luz.

Lo Siento por las memorias de dolor que comparto contigo,

Perdóname por unir mi camino con el tuyo para sanar,

Gracias por estar aquí para mí,

Te Amo por ser quien eres.

Ho´oponopono

Mizpah 

(Dios cuide el camino entre nosotros mientras estemos separados hasta que nos volvamos a re-encontrar)

De la inspiración y escrito por Luzdhy Huerta

Luz Divina Huerta (LuzdhyHu)

Fundadora Coaching Integral para la Mujer

© Copyright 2013

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